
Monolito incandescente
tótem, desnudo de su piel, cinicamente se muestra
águila empantanada de tinieblas
ritmo de calles asecha desde las azoteas
marcha contra el tiempo
oración inmisericorde para los callados
destajo de ovejas
redes plantadas por la ciudad
escondites de gatos absurdos
crujidos de dientes y huesos
ocasos púrpuras sobre la mar naranja
toda la ciudad es la opertura que precede al alma
borracheras cansadas, dormidas y borrachas vagan tu cuerpo
tu cuerpo de ciudad perpetua
y las escaleras que suben a tu boca son la manija del cielo
y desde ahí puedo mirar mi casa
y asirme de alas, dormirme y echarme a correr.
¡Mierda! Qué lugar para vivir.
2 comentarios:
Me quedo con los seis últimos versos.
Aurea.
yey!!! ahora sí me gusta
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