una cueva asediada por mis ojos
hay una mordida en mi boca
y un remanente de escarcha en mi párpado
abro el vaso por la espalda
y encuentro un bosque de mil acres derruido
un vaho de leche
y cien piedras ahora desgastadas.
La euforia de mis labios -deshecha de palabras-
se desdobla en su asimetría y diletantismo
en una vacuidad convexa y un fluir presuroso.
abro el vaso y estás sentada
tus piernas se enredan como telarañas
hay en la oquedad algo que me quita el frío
el narciso
el clavel
el jazmín
la rotonda que se encarga de reunirnos
el punto de encuentro de los vasos, las flores y los muertos como yo.
3 comentarios:
¡Me ha encantado!
pero puede fascinarme más. Estuve jugando con tu poema, queda mejor sin algunos versos, juega y date cuenta.
tengo una duda:
*diletancia?
Aurea~~
Ü
no soy diccionario!
busca entre tus libros uno
y yo tambien porque propiamente dicho no lo vi... jajaja
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