Manifiesto Crisiscista

``La crisis es un pozo convexo que nos atrapa dentro, todo el tiempo; y no importa cuánto pase: es el tiempo sin edad que se queda jugueteando en nuestras pestañas y en el rabillo de nuestros ojos para que siempre le miremos de cerca. Simplemente se queda aquí junto a nosotros. La crisis es tener que escribir.´´



sábado, 20 de febrero de 2010

Absurda compañía

Antes vivía en completa soledad. La mansión estuvo vacía mucho tiempo, los 20 cuartos, el ático, el comedor y el sótano, siempre estuvieron vacíos de alguna presencia que no fuera la mía. Una noche de invierno, cuando cerraba la puerta principal con sus cuatro seguros, el gemido de un alma en pena llamó mi atención. El sonido venía de afuera, muy cerca de la entrada. Corrí, con una de mis manos, la cortina que tapaba la ventana. Desde el calor de mi hogar noté una silueta pegada a la puerta. Tenía las curvas de una dama y el cabello largo de un fantasma de cuento. Mis modales de caballero y mi agorafobia debatieron justo en el instante de que la hermosa criatura dio otro quejido de dolor. La pobre mujer se levantó con pesadumbre y se colgó de una de las columnas de mármol que adornan la casa. Su rostro me encontró observándola desde la ventana. Debí parecerle un chiste pues al verme enseguida sonrío. Sin más, no pude con la vergüenza y con todo el terror del mundo abrí rápidamente la puerta, mis pantuflas no salían de la línea que mi mente podía soportar y desde el umbral la invité a descansar dentro de la casa.
La mujer apenas podía moverse, caminó unos pasos antes de desmoronarse en mis brazos. Se sentía tan ligera y frágil que temía romperla y con mis manos en sus costillas empecé a temblar y a palpitar. Erizado hasta la médula la coloqué en un sillón. Comencé a respirar agitadamente y mi frente se empapó de sudor frío. Di unas vueltas alrededor de la mesita de café y luego en un intento de tranquilizarme respiré con profundidad y me senté en un sillón cercano a la mujer. Mis temblores se atenuaron cuando me dediqué a obsérvale el sueño. Su tranquilidad fue mi alivio y en poco tiempo mis manos ya le acariciaban el cabello. Dormía tan profundamente que no me importó pasar mis dedos por sus mejillas de durazno, de ahí el asiento se volvía incómodo y pasé a acurrucarla en mi pecho, su inconsciencia la dejó tan vulnerable que de una mordida pude devorarle el lóbulo izquierdo. Su consistencia esponjosa me dejó un dulzor difícil de describir y de un suspiro acabé con su aroma de pan remojado en almíbar. Poco a poco acabé sonrojándole el rostro adormecido y entre balbuceos somnolientos pude acariciarle la lengua, porosa y rosada, que se guardaba en sus labios resecos. Le robé el aliento y sus párpados apenas se abrían para volver a cerrarse. Descubrí la manera más fácil de abrirme paso a su débil cuerpo y la coloqué, con mucho cuidado, arriba de mi cuerpo erguido para evitar turbar su placentero sueño. Sus piernas buscaban rodear las mías y cuando nuestras bocas se entreabrieron sus uñas se clavaron tímidamente en mis hombros y después de un vórtice de pequeños espasmos, concentrados en mi cadera, sus ojos me miraron por última ocasión antes de que perdiera todo el calor de su cuerpo. Esa madrugada me dirigí al sótano para ocultar el cadáver dentro de un gran refrigerador y cuando llegó el amanecer nunca más volví a estar solo.

4 comentarios:

Áurea O. León dijo...

Ya lo había leído... estaba pubicado aquí no? como sea.


Ya te había dicho que me gusta. Y sí me sigue gustando, pero como que algo cambió

...esta vez no me convenció.

me encantó: ``y de un suspiro acabé con su aroma de pan remojado en almíbar.´´

Alediyuki L. dijo...

No recuerdo haberlo subido, tal vez te lo pasé antes. Aunque también lo dudo, no será que es parecido a alguno de por ahí, si de casualidad lo publiqué please díganme :$ aunque no lo creo.

¿Y qué será lo qu eno te convenció? ando desanimada no quiero que se note nada en mis textos :$ si contrabajo subí éste

en fem

~SaludoS~

Nandino dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Diego Elgusto Esmío dijo...

"Tenía las curvas de una dama y el cabello largo de un fantasma de CUENTO"
me encanto, esa simple palabra, que le me dio un giro de 360 grados, me encanto la dulzura que me hizo sentir entre tanto suspenso.


Bien Ale, Bien.